miércoles, 13 de noviembre de 2013

Niki Lauda, el hombre que renació de las cenizas

Corrían los años 70's y la Fórmula 1 estaba en la cresta de la ola. Sus pilotos disputaban asombrosas carreras y la publicidad era el vehículo para que los fanáticos se acercaran a las pistas a ver a sus ídolos y brindar su apoyo a la escudería que tanto adoran. 
El corredor que dominaba el circuito en esa época era el escocés Jackie Stewart pero de la nueva camada surgía un chico Austríaco llamado Niklas Andreas Lauda, conocido por sus allegados como "Niki Lauda". Su primer equipo fue March, en el que compitió durante el año 1972. Al año siguiente se pasó a BRM, un equipo modesto donde demostró una gran actuación, la que lo llevaría a llegar al equipo más cotizado del momento, Ferrari. 
En su debut con la escudería italiana, Lauda consiguió el segundo puesto en el Gran Premio de Argentina. En ese mismo año conseguiría victorias en los GP de España y Holanda y redondearía una buena actuación en la temporada. En 1975, llegaría su año de gloria, tras triunfos en Mónaco, Suecia, Francia y Bélgica, llega con posibiliadades de ganar el título mundial al GP de Monza, en Italia. Allí el austríaco termina en segundo lugar, detrás de Regazzoni (su compañero de equipo) y logra su primer título del mundo. 
Tras su temporada de ensueño, la temporada 1976 comienza con todo para Niki, con cinco victorias en la primera mitad de la temporada que parecen catapultarlo a su primer bicampeonato. Pero para evitar que esto pasara, estaba el chico rebelde de la F1, James Hunt, un inglés de cabello largo y rubio que era la antítesis de Lauda, le gustaba salir de noche y salir en las tapas de las revistas. 

El accidente que lo cambió todo  

El 1 de Agosto de 1976 se corría el Gran Premio de Alemania en Nürburgring. Era una mañana húmeda en la que la lluvia se hacia presente de manera intermintente. El campeonato tenía peleando mano a mano a Lauda y a Hunt por el título. El inglés largó desde la poll position y el austríaco desde la quinta posición. Como era común en el campeón reinante, su afán por ganar era imnenso y quería llegar a la primera posición cueste lo que cueste. Pero nadie se esperaba lo que estaba por ocurrir.
La Ferrari iba a más de 230 km/h y en la curva Bergwerk casi a la mitad de los 23 kilómetros de longitud que tenía por entonces el infierno verde de Nürburgring. El auto Nº1  se descontroló al salir de la curva, pegó a la derecha contra el follaje, rebotó y su tanque de combustible estalló en el medio de la pista. Y ya en llamas, para peor, recibió el impacto del Surtees-Ford del estadounidense Brett Lunger, que empujó unos 100 metros al auto de Lauda. 
Niki fue rescatado con vida del fuego, pero con quemaduras en un gran porcentaje de su cuerpo. Atrapado y consciente cuando llegaron a su rescate cuatro pilotos, sólo el italiano Arturo Merzario se arriesgó en medio del fuego para desprenderle los cinturones y sacarlo del auto. El austríaco estuvo tan al borde de la muerte, que inclusive mientras se encontraba hospitalizado recibió la extramaunción. Pero con la extraordinaria magia que puede verse en películas, aunque en este caso era absoluta realidad, el inclaudicable piloto austríaco sólo se perdió los grandes premios de Austria y Holanda y regresó luego de 41 días a la competencia en el GP de Italia.
                                         Niki Lauda retirado de su auto luego del accidente

El regreso

Ni el más optimista creía que Niki Lauda regresaría a las pistas ese año luego del terrible accidente que casi le cuesta su vida. Pero él demostró el temperamento que lo caracterizó durante toda su carrera y se calzó el buzo y los guantes para sentarse en su Ferrari y correr nuevamente en el GP de Monza, el lugar que lo vió campeón en la temporada anterior. "La vuelta en Monza fue difícil, al llegar a Boxes en la vuelta 22 tenía miedo. Entonces pensé que estaba corriendo sólo, que no era un GP, sino un paseo por una pista de entrenamiento", declaró Lauda luego de finalizada la carrera, en la que finalizaría en la cuarta posición. 
Lauda y Hunt en el campeonato del mundo de 1976
Ese campeonato vió campeón a James Hunt, el archirival y amigo del austríaco que se impuso tras quedar en la cuarta colocación en el GP de Japón, en el que corrieron sólamente cinco pilotos porque el estado de la pista no era el óptimo por la lluvia y Lauda decidió no presentarse, por esta razón perdió el campeonato por un punto. 
 




En 1977 se alzó nuevamente se alzó con el título de campeón mundial rompiendo todos los récords y siendo apodado por la prensa como "el computador", por su precisión y concentración a la hora de correr. Este año fue su último en Ferrari, debido a sus disputas con los jefes de la escudería que decidieron darle su apoyo al compañero del austríaco, Juan Carlos Reutemann. 
Al año siguiente fichó para Brabham pero se retiró debido a que consideró que todo lo que implicó su regreso fue muy rápido y necesitaba tomarse un descanso para estar con su familia que casi lo pierde dos años atrás.

Vuelve a las pistas en 1982, de la mano de McLaren y se consagra nuevamente en 1982 demostrando que su calidad al volante estaba intacta. Finalmente se retira en 1985 dejando un legado que perdurará por su perseverancia, fuerza y valor para volver a relizar lo que más le gustaba en la vida, subirse al auto y correr en la pista. 

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